
CÓMO NOS SENTIMOS LAS MADRES
CÓMO NOS SENTIMOS LAS MADRES
Las madres del s. XXI, de las que se espera que cuiden de sus hijos como si no trabajaran, que trabajen como si no tuvieran hijos y que sean perfectas en ambas facetas, sin desfallecer, sin enfermar y sobre todo sin quejarse, porque si nos quejamos siempre tendremos las voces de la ofensiva:
- Antes también lo hacíamos, y no nos quejábamos tanto.
- Las madres de ahora son muy flojas.
- Queréis que os lo den todo hecho.
- Estáis criando generaciones de cristal.
Y seguro que nos dejamos muchas más frases que en realidad son juicios dichos por aquellas personas (tanto hombres como mujeres, madres y no madres) que no se han parado a pensar en las grandes diferencias entre generaciones, como por ejemplo, que muchas mujeres antes no trabajaban fuera del hogar familiar, tenían mayores redes de apoyo social (madre, hermanas/os, primos/as, tías/os e incluso vecinos con los que se tenía mayor cercanía y que colaboraban en los cuidados de los menores) Yo misma recuerdo pasar muchos ratos en casa de mis vecinas, en su patio, jugando.
Parece que se idealiza lo pasado y demoniza lo presente, ¿antes lo tenían más fácil que ahora? Probablemente no, aunque tenían mejores redes sociales también estaban atrapadas, la pesadísima losa del “qué dirán” ha lastrado a mujeres como mi abuela o como mi madre, imponiéndoles mandatos de los cuáles nosotras, madres del nuevo siglo, hemos ido despertando y tratando de alejar de nosotras, muchas veces sacudiéndolos, otras veces retándolos, y la gran mayoría, tratando de escapar por la puerta de atrás mientras proyectamos una imagen de perfección hacia el exterior, pero que nos mantiene rotas en el interior.
Entonces, ¿lo tenemos más difícil ahora? Es una respuesta difícil y controvertida, por un lado sí (trabajamos dentro y fuera del hogar, estamos más solas y luchamos contra las imposiciones sociales), por otro lado no (tenemos más formación e información, somos madres más conscientes y la idealización social de la maternidad nos afecta en menor medida, por eso somos capaces de quejarnos y cambiar el discurso) Cada madre sabe las dificultades que tiene a diario, a las miradas críticas con las que debe vivir, incluida la suya propia. Ninguna madre, en ningún lugar y en ningún tiempo lo ha tenido fácil, la maternidad duele, es difícil, nos hace luchar contra muchos demonios (los propios son los más agresivos) pero sí es cierto que estamos aprendiendo a querernos más, a respetarnos más, a cuidarnos más, porque de nosotras dependen esas vidas que hemos traído al mundo. Porque ser madre es increíble, descubrir lo fuertes y valientes que somos en los momentos difíciles gracias a la sonrisa de nuestros hijos e hijas. Párate, mira su carita, coge su mano, pequeñita, entre las tuyas y mírate a través de sus ojos: eres la mejor madre del mundo, es hora de que empieces a creerlo, pero más importante todavía que empieces a disfrutarlo.
Te propongo un plan para que pases del agobio de la obligación diaria (deberes, baño, alimentación, revisiones médicas…rutinas) al disfrute consciente de lo que tu consideras que debe ser una madre.
Para apuntarte a este plan solo tienes que agendar una cita conmigo y ahí te explicaré en qué consiste punto por punto:
- conocerme
- gestionarme
- mi disfrute
- las emociones
- mis acciones
Puedes mandarme un mensaje a ana@psicologiarios.es, mandar un mensaje o llamar al número de teléfono: 601 903 178